Interior de la primigenia Capilla de la Ciudad de Alberti. Fotografía del año 1932. En ocasión de celebrarse el centenario del nacimiento del fundador del pueblo, Don Andrés Vaccarezza. Están presentes, entre otros, sus hijos: Pedro, Andrés D. (Diputado Provincial), Alberto Juan José, Juan Rufino, Antonio Bonifacio, José Fortunato (Senador Provincial, Consejero General de Educación), Justo José David (Alcalde del Cuartel VI del Partido de Chivilcoy), y sus nietos: Dres. Oscar Andrés (1905-1982), Raúl Roberto (1906-1939), Raúl Francisco (1892-1980), Armando, Rodolfo (1892-).
Historias de Pioneros en el Partido de Alberti.Benefactores de Nuestra Iglesia: la familia Viñas Laureyro
Por: Marina Vaccarezza
Corría el año 1853. Tiempos difíciles en los que la organización nacional aún estaba en ciernes. Don Francisco Viñas, un niño de apenas diez años, llega al Río de la Plata, proveniente de Las Yunqueiras, Cataluña: atrás, cruzando al anchuroso mar, queda su tierra natal, queda la infancia.
Quinto hijo del matrimonio formado por Don Francisco Viñas y Doña Rosa Ballot y Torrent, se radica con familiares en Rosario de Santa Fe. Cursa estudios en el prestigioso Colegio de Concepción del Uruguay y en el año 1865 obtiene el título de Licenciado en Farmacia en la Universidad de Buenos Aires. Se radica a partir de dicho año en Chivilcoy, comarca de pioneros destinada a ser, a principios del Siglo XX, «la Perla del Oeste». A ella, atraídos por sus fértiles tierras y su franco progreso, afluían miles de inmigrantes, deseos de labrarse un futuro ventoso.
Don Francisco ejerce como farmacéutico en los tiempos pioneros de Chivilcoy, contrayendo matrimonio en esa ciudad, en 1869, con Doña Manuela Laureyro. En el año 1873, adquiere una fracción del campo que pertenece a la familia Terrero, ubicado en el partido de Chacabuco, próximo a la entonces «Posta y Acopio de Cereales» de Don Alejandro Scarabino (hoy Villa María).
En 1910, al crearse el partido de Alberti, dichos campos pasaron a formar parte de este último. Don Francisco llama «Los Manuelitos» a esta estancia, de notable importancia en la zona, y en la cual implementaba todos los adelantos de la época. En la actual localidad de González Moreno, Don Francisco funda la estancia y colonia «San Francisco».
Además de los citados, poseía la familia Viñas Laureyro, el predio en el que hoy se encuentra el Parque Municipal de Alberti «Gral. San Martín». Dicho predio formaba parte de una fracción de campo relevada en el Registro Gráfico de la Pcia. de Buenos Aires (partido de Chivilcoy), de 1890, perteneciente a Don Lino Laureyro, y en el plano del partido de Alberti de 1926, como perteneciente a «Sucesión de Manuela L. de Viñas».
Don Francisco, ejemplo de aquellos pioneros tenaces y progresistas, que se valian del esfuerzo propio para avanzar en épocas en las que «todo estaba por hacerse», murió nonagenario, en la ciudad de Buenos Aires, el 31 de agosto de 1933. De su unión con Doña Manuela nacieron diez hijos: Juana, Francisco, Lino, Manuel, Manuela, Ignacio, Miguel, Juan Manuel, Segunda Rosa del Corazón de Jesús y Miguel Pedro.
Don Francisco Viñas Laureyro (1871-1957), segundo hijo del matrimonio, fue hombre de una destacada actuación pública: fue Comandante Militar en el partido de Rivadavia (1911), primer Juez de Paz de González Moreno (1911) y Jefe de la Oficina del Registro Civil de dicha localidad, ejerciendo estos dos últimos cargos sin percibir sueldo alguno. Hombre reconocido por su constante labor a favor de la sociedad en que vivió, murió el 28 de junio de 1957).
Don Lino Viñas Laureyro, hermano del anterior, fue integrante del primer Concejo Deliberante del partido de Alberti (cuya primera Sesión Extraordinaria se llevó a cabo el 13 de marzo de 1911), junto a Don Pedro Solari, Don Vicente Guidobono, Don octavio Suárez, Dr. Rodolfo Márquez y Don Alberto Riva.
Doña Rosa del Corazón de Jesús Viñas Laureyro fue ampliamente reconocida en esta localidad por sus obras de caridad, impregnadas por su profunda fe cristiana. Fue ella quien donó la capilla que hoy se alza, orgullosa, en los campos de Coronel Seguí. Siguió en esto el ejemplo de su madre, miembro ésta última de la Congregación «Hijas de María» de la Parroquia de Alberti, donante en el año 1905 de la imagen de la Inmaculada Concepción para la capilla de Alberti. Al iniciarse, hacia 1930, los arduos trabajos para la construcción de la Iglesia «Nuestra Señora del Rosario», la familia Viñas Laureyro donó los tres altares de mármol que hoy la engalanan, valiosísimo tesoro de nuestra comunidad.
En el año 1937, la Municipalidad de Alberti, bajo la Intendencia de Don Nicolás Manganiello, participa de los planes de realización de obra pública llevados a cabo por la Gobernación de la Provincia de Buenos Aires, en cuyo ejercicio se encontraba en Dr. Manuel Fresco. En Sesión del 22 de agosto de 1937, el Honorable Consejo Deliberante aprueba la compra de un lote de terreno destinado a Parque Municipal, propiedad de Viñas Laureyro hermanos, que formaba parte del ya citado campo registrado en el Registro Gráfic de 1890 como perteneciente a L. Laureyro. Dicho lote se hallaba comprendido entre las prolongaciones de las calles 10 de Junio, Buenos Aires, Circunvalación Norte, y su superficie abarcaba 7has., 78as., 07cs.
El Departamento Ejecutivo, al solicitar al Consejo Deliberante la autorización de dicha compra, lo hace fundamentando que el precio solicitado por el mismo, de parte de la familia Viñas, es «insignificante», es decir: se trata de una vente simbólica, a la que la familia Viñas agrega la donación de 2ha., 75as. y 15cs. (superficie de calles interiores) y 1ha., 58as. Y 21cs. (superficie de calle exterior). Nuevamente la auténtica vocación de la familia Viñas por el bien común se pone de manifiesto, efectuando la donación de una parcela de campo de su propiedad, afin de que toda la comunidad de Alberti pudiera poseer un bello espacio de paseo y recreación. El 11 de noviembre de 1938, en solemnes actos presididos por el Excmo. Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Dr. Manuel Fresco y su señora esposa, se inauguraron el Parque Municipal y el edificio de la Municipalidad, entre otras obras, todas bajo la dirección técnica del Ingeniero Francisco Salamote, profesional de destacada trayectoria.
Ha sido nuestro propósito, a través de estas sencillas líneas que pretendemos sean un sincero reconocimiento, destacar que la historia de nuestros pueblos son fruto, ante todo, del espíritu que guió a aquellos hombres y mujeres que, desafiando la precariedad de los tiempos, conformaron una sociedad que se destacó por su laboriosidad, su espíritu progresista y en la cual la auténtica y cabal vocación por el bien común fue rectora.
Tal es el ejemplo que nos legara Don Francisco Viñas y familia por él formada. A ellos, y a los que junto a ellos vinieron y soñaron con ideales (que hoy sus descendientes gozamos), nuestro silencioso, emocionado homenaje.
NOTA: Ya conseguiremos una foto de los generosos Don Francisco Viñas (1843-1933) y Doña Manuela Laureyro